jueves, septiembre 14, 2006

Astillero

Julio Hernández López
Politécnicas
Múltiples artes felipenses IPN: estudiantes encerrados En Internet, La Jornada TV
El travieso Felipillo juega a las escondidas. Ya antes lo había hecho en Morelia, donde aprovechó que sus denostadores habían abandonado la plaza (Morelos) para retornar un par de horas después a echarse un rapidín floral. Ahora lo hizo en la entrada de los leones de Chapultepec, en un relampagueante uno-dos que lanzó por delante, en jugada de alto sacrificio (mide más de 1.80), al voceador que este 15 gritará desde balcones blindados (entre otras acepciones, blind significa ciego) pero que ayer debió aguantar, con oídos sin tapiar, la protesta de un centenar de madrugadores denunciantes de fraude electoral que le hicieron trastabillar a la hora de leer nombres de niños héroes y lo llevaron a cometer pifias de denominación (Juan, dijo, en lugar de José Azueta: lo bueno es que no dijo José Mariano Azuela, o Juan Luis Borgueta).

Cumplida la sacra función de protestar, los seguidores de López Obrador creyeron llegado el momento del descanso, aunque llamó la atención que las medidas de seguridad militar continuaran, sobre todo impidiendo el paso de personas a Chapultepec cuando el acto presidencial había terminado. Pero es que detrás del oficialmente saliente venía el oficialmente electo: veloz llegó Felipe, con su equipo bonsai, depositó la consabida ofrenda floral, se tomó la foto, hizo un discurso apresurado y pegó carrera. Calderón a mata de salto, o a saldo te mata, o asalto te dama. Speedy Felipe.
El ombudsman nacional, José Luis Soberanes, dice que es un chiste afirmar que el país está en calma, mientras la comicidad involuntaria hace que cobre tonos chuscos el episodio de las llamadas telefónicas interceptadas en las que participa la Triple K: Succar Kuri, Kamel Nacif y Kamilio Gamboa. El diputado precioso acusa al gobierno federal de filtrar los diálogos sucios y luego le pide a monseñor Abascal que indague el asunto (el secretario de la pila bendita llamada Gobernación es capaz de pegar el grito en el cielo patrio porque su hija lee libros de Carlos Fuentes, pero incapaz de hacer justicia en el caso de pederastas millonarios).

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